Durante años, el fin último del comercio ha sido la subsistencia y librarse del excedente, normalmente agrario o ganadero. En efecto, el retail surgió alrededor de la alimentación. Una vez saciado nuestro hambre, aparecieron otros fines pero hasta principios del siglo XX no se convirtió en algo enfocado como entretenimiento, normalmente vinculado al ocio y al vestuario.
En la actualidad, el retail de alimentación ha incorporado muchas novedades en cuanto a tecnología y logística pero la única innovación relevante para el consumidor ha sido el autoservicio que aunque aporta libertad al cliente, lo aleja del retailer y su know-how. Como respuesta a eso, existe una clara tendencia a recuperar los alimentos de proximidad y el producto fresco, atractivo y con packaging reducido o inexistente. Sin embargo, ¿qué puede hacer un retailer de alimentación para ofrecer una experiencia realmente distinta a sus clientes, que genere retorno y fidelidad?
El retail de alimentación debe ponerse al día
Sin embargo, el mercado ha evolucionado mucho más rápido en otros sectores y el food retail se ha quedado en un limbo peligroso. Y es que, en una economía globalizada, competir solo con la calidad o el precio de los productos es relativamente asequible para todos los players, con lo cual el marketing y el diseño del espacio deben sumar y a aportar activos para que los clientes nos elijan a nosotros y no a la competencia. Así pues, recuperar los productos de proximidad o pasarse a los ecológicos, no será diferenciadora para los retailers que la adopten, aunque sí sea una tendencia reseñable.
Entonces, ¿qué recursos puede implementar un retailer de alimentación para diferenciarse de su competencia y ofrecer una experiencia completa a sus clientes?
Retail de alimentación combinado con restauración
El espacio híbrido entre tienda y local de restauración ya es una realidad cotidiana en todas partes. A él se puede llegar desde varios puntos de partida: un restaurante que decide vender sus productos elaborados o desde tiendas que incorporan un espacio de degustación. Incluso hay espacios comerciales nacidos de una división de una empresa de restauración, como la heladería Rocambolesc, que sirve postres concebidos en el prestigioso restaurante el Celler de Can Roca.
La combinación de restauración y tienda puede aumentar el ticket medio de cada consumidor y redondea su experiencia de compra. Y existen multitud de posibilidades: un restaurante puede vender materias primeras o productos de catering y una tienda de alimentación puede preparar productos frescos in situ o apostar por el take away.
Aportar formación más allá de la alimentación y la restauración
La formación y los eventos en retail son lo que los contenidos al marketing. No venden pero ayudan conseguirlo y no hablan directamente de la marca pero ayudan a comunicarla. Si un concepto de negocio es muy innovador, incorporar un espacio dedicado a la formación es fundamental y en un negocio dedicado a la alimentación, la formación es realmente agradecida, desde cursos de cocina a showcooking.
Sin embargo, el aprendizaje no tiene por qué estar presente de forma literal y separada, sino que debe impregnar toda la experiencia de compra. Un consumidor agradece etiquedados claros, contenidos que le guíen por el espacio y poder meditar sus decisiones de compra según sus opciones vitales o necesidades.
Como notamos en el transcurso de nuestro proyecto para el mercado de Azpeitia, el consumidor agradece conectar con los alimentos que adquiere y está interesado en comprender sus orígenes y propiedades. Solo hay que hacer que el conocimiento esté disponible para él en la forma que más conveniente le resulte: a través de las personas o del propio espacio.
Nuevas tendencias en food retail
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